Queridas familias, os presento INFLUYE, mi método personal para ayudar a quienes sientan malestar familiar.
Todo empieza en el interior de la persona, aplicando dos aspectos fundamentales:
- Fluir, tener la capacidad de saber guiar la propia vida, de mejorarla y enriquecerla, saber lo que realmente queremos, sin bloqueos, ni barreras. La conducción de sí mismo, el poder de decidir y actuar.
- Influir, ayudar a las personas con las que interactuamos, inspirando sus mentes y sus corazones, para que amplíen su visión y sus posibilidades, enciendan su alma, y así motivarlos a realizar cambios permanentes.
«Fluir para influir» e «influir para fluir». Cuando el adolescente y su familia confluyen, están listas para empezar a ir hacia una misma dirección, con abundancia, como si se tratara de una corriente de agua.
La Educadora Social, figura de la profesional que acompañará en este proceso.
Las educadoras sociales somos terapeutas con amplia experiencia en la intervención, asesoramiento, apoyo y acompañamiento familiar en el propio entorno donde se desarrolla el día a día, en casa.
Mi nombre es Sara Jiménez Cacho, y estoy enamorada de mi profesión, pues hay situaciones laboralmente emocionales que sólo te pasan si trabajas como educadora social. Estar al lado de personas, acompañándolas en procesos personales y/o colectivos me hace realmente feliz.
Ciertamente, son situaciones que diariamente me enfrentan ante lo más complejo de las personas, de su contexto social y familiar, pero a la vez me llevan a una situación de satisfacción personal muy importante, pues da sentido a mi vida.
Cada persona a la que atiendo tiene su propio ritmo, y en general, los procesos o las decisiones que esperamos que se generen tanto yo como la familia no son a corto plazo, este transcurso desde luego que no es para impacientes.

Una gota de agua rompe una piedra no por su fuerza sino por su constancia.
La verdad que trabajar como educadora social me ha ayudado a medir el tiempo de manera diferente, a saber contemplar los diferentes ritmos, que nos ofrecen las diferentes personas, sobre todo, a respetarlos. Y es que todas las personas funcionamos de maneras distinta, priorizamos cosas muy dispares y pensamos de manera muy diversa.
Son muy valiosos aquellos momentos en los que las personas con las que trabajo descubren su potencial a veces escondido por una sociedad que rechaza sistemáticamente las maneras de funcionar diferentes. Ver que eres capaz, es un gran momento en la vida de las personas.
Es un labor muy emocionante, porque en muchas ocasiones trabajo desde el descubrimiento de las posibilidades que tiene cada persona, para poder decidir sobre sí mismo y tener una vida con la máxima plenitud posible.
Algunas veces mi función es hacer de puente para que las personas que tienen dificultades (económicas, laborales, salud mental…) encuentren algún espacio donde puedan resolverlas.
Mi trabajo como educadora social se mueve generalmente en espacios muy complejos, compartimos situaciones muy particulares.
En mi caso, el espacio de trabajo es un lugar extremadamente íntimo ya que es la propia casa de la persona, el lugar donde vive, su barrio, su ambiente, su habitación…
Trabajar donde las personas viven es difícil porque es un lugar donde el otro te tiene que dar permiso para permanecer, pero sin duda es el mejor, el más directo y donde mayores cambios se pueden realizar.
Esta labor hace que tenga una reflexión continua de mí misma y supone además, el ejercicio de mirar el mundo, nuestro entorno y a las personas de forma diferente y, lo mejor de todo, supone una posibilidad de mejorarlas.
¡Siempre se puede hacer algo!
Gracias a Sara fui consciente de lo que verdaderamente merece la pena y pude salir de ese callejón sin salida.
Tenía muchos problemas familiares, me odiaba a mí misma, me autolesionaba, tuve una relación muy tóxica y tenía mala conducta, ella me ayudó a cambiar poco a poco, para mí era imposible, ya que no tenía esperanza ninguna, pero me dí cuenta de que si podía.
Ayuda a florecer y dar fruto.
Sara trabaja con jóvenes que tienen diferente tipos de problemas, sean en casa, en la escuela, instituto o en la calle.
Mi experiencia fue muy buena, me ayudó a ver que no estoy yo solo con mis dificultades, pude tener amistades nuevas con la ayuda de una educadora social que realmente quería lo mejor para mi vida.
Consigue que las sesiones fluyan y te lo pases bien.
La idea de empezar la intervención me aterraba, pero desde el primer día que la conocí, Sara me dió la confianza y la seguridad para no sentirme incómoda. Cabe destacar que a pesar de ser muy diferentes los unos de los otros Sara era capaz de unirnos a todos como una verdadera familia.
Me motivo a buscar ese algo con lo que sentir que valía la pena quererse y cuidarse a uno mismo.
En el pasado le di valor a ciertas cosas que igual no lo merecían, cosas como pasar el tiempo sintiendo efectos de las drogas, dependiendo de lo que sucediera sin ser capaz de decidir.
Sara fue un soporte anímico y logístico en el proceso que me aportó tranquilidad, confianza, alegría y dirección en momentos tremendamente duros, y que particularmente nos permitieron llegar a la siguiente fase del recorrido.
¡Inmensamente agradecida para siempre!
Una persona joven, con entusiasmo en todo lo que hace y con ganas de aportar tanto que al final, lo consigue.
Me encontraba bastante perdida en mi vida, de primeras supo meterme en las sesiones y al ir conociéndonos me hizo ver qué era lo que realmente me gustaba y cómo tenía que hacerlo.
¿Qué puedo hacer para ayudarte?
La convivencia y la relación con tu hijo/a influye en el bienestar familiar.
Afortunadamente, los problemas tienen solución. Puedes conocerme, contarme tu situación y descubrir cómo puedo ayudaros:
Responsable de los datos: Sara Jiménez Cacho. Finalidad; responder a las consultas y enviar comunicaciones. Legitimación; gracias a tu consentimiento expreso. Destinatario; no se ceden los datos a ninguna entidad salvo para la gestión de las consultas. Derechos de Acceso, Rectificación, Supresión, Anonimato, Portabilidad y Olvido de sus datos.