CAMPAMENTO DE VERANO

CAMPAMENTO DE VERANO

A través del juego, lxs niñxs aprenden a forjar vínculos con los demás, y a compartir, negociar y resolver conflictos, además de contribuir a su capacidad de autoafirmación. El juego también enseña a lxs niñxs aptitudes de liderazgo, además de a relacionarse en grupo, por estos motivos os traemos un campamento donde nos divertiremos dándole un buen uso a las tecnologías, videojuegos y redes sociales.

https://www.instagram.com/p/Cu2LuYLodrg/?igshid=YmM0MjE2YWMzOA%3D%3D

Mejora tu vida familiar

Mejora tu vida familiar

EL JUEGO DEL OPTIMISMO

Las familias son micromundos donde se fomenta el aprendizaje y el crecimiento de cada miembro. Cuando convivimos con los demás, el optimismo es necesario porque con él contagiamos a los demás alegría de vivir. Y la alegría de vivir es básica para hacer la convivencia agradable y divertida.

Reflexionemos sobre en qué aspectos de nuestra vida familiar nos mostramos alegres.

¿En qué momentos hemos tenido experiencias optimistas y cuándo pesimistas?.

Es muy importante tomar consciencia de cuando hemos sido optimistas, pues nos puede servir como referencia para repetir esos patrones.

Del mismo modo detectar cuando estamos siendo pesimistas nos puede ayudar a redirigir ese estado de ánimo, pensamiento y experiencia negativa que estemos atravesando.

Las emociones positivas como la alegría, el optimismo o el entusiasmo, tienen en común que son frágiles, su duración es corta, si estamos en un estado positivo y nos encontramos repentinamente con un acontecimiento negativo, lo normal es que nos saque de ese estado positivo.  Por lo que no son muy duraderas y su intensidad no suele ser muy alta..

Sin embargo, emociones negativas como una ansiedad fuerte o una gran depresión ¡nos puede atrapar del todo!

Normalmente la alegría, no suele captar tanto nuestra atención como una tristeza.

Las emociones negativas son de una duración medio larga, una ansiedad o un enfado tienen una tendencia a quedarse ahí mucho tiempo; incluso durante esa época tenemos una cierta resistencia a entrar en otros estados emocionales más neutros o más positivos.
Tienen una intensidad que pueden llegar a ser muy alta, por ejemplo, un ataque de ira muy fuerte, intensidades que arrastran todo nuestro cuerpo.

Es difícil encontrar esta intensidad en el lado de las emociones positivas. Además tienen una capacidad muy alta de atraer nuestra atención, nos llegan en seguida, no tenemos que hacer un trabajo activamente para buscar la fuente de negatividad, nos llega aunque no lo pretendamos. Personas tóxicas, por ejemplo, nos infectan a pesar de que no queramos que nos infecten.

Las emociones negativas atraen más nuestra atención, a pesar de que no son tan frecuentes, cuando ocurre algo negativo, por su intensidad y por su dificultad se hacen notar más.

Un ejemplo típico: si al final del día te han pasado 5 cosas muy positivas y 2 muy negativas, ¿de qué vas a hablar cuando llegues a casa?, ¿qué es lo primero que se te viene a la mente?. La mayoría de las personas suelen decir que lo negativo..

La función de las emociones positivas es ampliar nuestra mente, aumentar nuestro repertorio de conducta, se ha visto que las personas cuando están bien, cuando hay un estado de emoción positiva, su conducta prosocial se ve ampliada y eso tiene beneficios, por ejemplo, en la estructura familiar, en el comportamiento con los demás, dentro de un grupo… se ven afectados de forma positiva.

Las emociones positivas también incrementan la percepción de «parecido» con personas «diferentes». Varios estudios muestran que cuando estamos en un estado positivo de alguna forma recibimos que la persona diferente (un familiar con quien chocamos) es percibido como más parecido. Es decir, el solapamiento entre el «yo» y el «tu» se aumenta, de repente sientes más unicidad con el otro y eso a nivel de funcionamiento familiar es un tema muy interesante.

el-juego-del-optimismo-influye-bienestar

A continuación, comparto un ejercicio para trabajar las emociones positivas y consolidar el hábito del optimismo en la unidad familiar:

Elabora un listado con los aspectos de tu hijo/a con los que si estas satisfecho/a. Cuando encuentres el momento adecuado, compártelo con el/ella y rétale, en forma de juego, a que haga lo mismo contigo. De esta forma ambos/as podréis observar que estáis aportando algo positivo para el otro/a constantemente. A partir de ahora, podéis tomar consciencia de que es lo que funciona y potenciar esas conductas para mejorar la convivencia.

Abrir chat
Mejora la relación con tu hijo/a
Hola
¿Te preocupa tu hijo/a?